
Los Minoristas Sabáticos escuchan al gran Titta, por Jorge Mañach.
No. No hay que admitir que sea un cenáculo –horror!
Forzando un poco el léxico, sería, a lo sumo, un almorzáculo: una ocasión de amplia y clara y ortodoxa sobremesa… Pero ello es que, sabáticamente, esta fracción de Los Nuevos (de la mal llamada «juventud intelectual», adjetivo con que se castiga el nuevo afán de comprensión), se reúne, como en un ritual, para el yantar meridiano. No tienen comedero fijo, porque, gustando en todo de la mutación y del ritmo, aún para el comer abominan de cuanto trascienda a querencias sistemáticas. El suyo es un credo de eterna frescura, de eterna improvisación. [Leer más…] acerca de Los Minoristas Sabáticos escuchan al gran Titta